domingo, 23 de agosto de 2009

Lllamita




Pequeña llamita con la frente pintada con engobe rojo, el color de la sangre de los sacrificios.
Nos hace pensar en una ofrenda simbólica.
Su diminuto tamaño es enternecedor. Cuando uno cierra la mano sobre ella y cierra los ojos, puede remontarse al tiempo en donde el algarrobo no era solo dura madera, sino el árbol madre que da alimento y aloja fermentada de sus frutos maduros para los rituales…
Qawra Illa en aymara, significaría en castellano “amuleto de llama” y se usa para conseguir el incremento de los auquénidos.

Es muy interesante en este punto lo que relata el “Diccionario Folklórico Argentino” de Félix y Susana Coluccio:
“Illas: Amuletos que en la región noroeste de nuestro país utilizan para la conservación y procreación de las haciendas y rebaños.
Señala Quiroga que: Las illas son generalmente pequeños animalitos de piedra, barro o hueso, pudiendo el amuleto ser cualquier objeto, siempre que tenga algún origen misterioso. En el Perú, por ejemplo, sabemos por Gracilaso que eran apreciadísimos los granos de maíz en el templo de Titicaca como talismanes de reproducción, considerándose muy feliz el que conseguía un grano. Estas illas o amuletos de reproducción, tienen también relaciones con la fecundante Pachamama y el Llastay, numen de la llanura y quien sabe si muchos de los amuletos, en forma de llamas, vicuñas y liebres, algunas veces preñadas, no son tal vez representaciones, como lo sospecho, de la Pachamama en el momento de generar y reproducir. La verdad es que todos los dioses de la montaña tienen entre sí parentesco de consanguinidad, así como atributos solares. La creencia de que las illas hacen reproducir las haciendas y los rebaños está hasta hoy profundamente arraigada en Calchaquí, especialmente en los valles de Catamarca y Salta. De aquí es que a los coleccionistas nos cueste un triunfo obtener uno de esos amuletos; sólo las gentes que creen que ya han perdido su virtud, porque el ganado va en menos, se ha muerto, se ha extraviado o lo han robado, o las que han abandonado este negocio para emprender otro, suelen regalarlos. Deshacerse de una illa es deshacerse de la mascota o la suerte; y de allí que cada cual oculte bajo siete llaves la suya propia, negando poseerla, y cambiando disimuladamente de conversación cuando le piden datos de tan preciado talismán, significando a veces la felicidad del hogar campestre."

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